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Based on 79 reviews
See allPets not allowed Check-in time starts at 1 PM Check-out time is noonProperty Location When you stay at Hotel Rural Abadía de Yuste in Cuacos de Yuste, you'll be convenient to Monastery of Yuste. This hotel is within the region of Pecharroman Museum and Los Pilones.Rooms Make yourself...
More about the hotel
Charming stay!
We stayed at this hotel during our trip through Spain and Portugal. A very charming place, with beautiful courtyard in the middle, very friendly staff. A small swimming pool was a plus in the 40 degree heat. We also had a dinner there, which was perfect. Salad with asparagus and a fillet steak. Delicious! The room was very spacious and the bed enormous! Very fresh even without air conditioning.
Un lugar para desconectar
Buenas tardes, hemos repetido como hace tres años. A diferencia, este año iba con mis mellizos, y la verdad que sí antes me fui contenta, esta vez me he ido súper contenta. Amabilidad, buen trato, se come y se cena genial y un trato inmejorable, y mis mellis super encantados con Alba y su compañera. Os agradecemos los buenos días que hemos pasado, volveremos, aunque espero que pueda ser el año que viene. Lo recomiendo, no os defraudará el sitio, el servicio y el trato. Gracias. Un besito de Jimena e Ignacio.
Casa Rural a la que volveré
Nos quedamos solo dos noches, que rabia... ojalá hubieran sido más... Es un lugar fantástico para desconectar, relajarse y, sobretodo, QUE TE MIMEN! En esta casa rural es lo que pasa, los dependientes (especial Gracias a Alba por su amabilidad y constante atención), hubo una tarde que hasta nos sacaron tostadas con huevo frito que estaban de lujo! Es un sitio muy abierto , con terrazas de flores increíblemente coloridos y esta en el campo (pueblo), lo cual me encanto, y obviamente puede haber algo de bichos o polvo. Hay wifi en las habitaciones que ocupamos (201 y 202, e imagino que en las demás también), también con aire acondicionado, y una pedazo de televisión en cada habitación, que me encantó para ver pelis por la noche después de un baño en la piscina, que aún que modesta, sirve su función. A demás puedes pedir las tumbonas para tomar el sol. La comida es estupenda y el camarero te recomendará el hojaldre de manzana con natillas y helado de vainilla, INCREÍBLE, me pedía uno cada día, subo una foto de este postre... que está a medias por que me lance a comer y se me olvidaba la foto... No solo la casa es Preciosa, y a demás la zona es increíble, y todos los pueblos tienen piscinas naturales de las más bonitas que he visto nunca, y hay tantas piscinitas que se forman con las rocas Del Río, que cada uno podría tener la suya privada! Muy muy muy divertido y como ya he dicho, preciosisimo lugar para unas vacaciones tranquilas
El detalle siempre se valora
Antiguo alojamiento en la carretera que va a Jarandilla y relativamente próximo al desvío al Monasterio de Yuste. En su día debió de ser un alojamiento muy elegante, hoy en día da la impresión al viajero de estar un tanto abandonado. A nuestra llegada nos dirigimos a la recepción pero allí no había absolutamente nadie, tras esperar unos minutos me dirigí al bar restaurante del establecimiento y la camarera me indicó que ella también llevaba la recepción y enseguida nos atendió amablemente. Nos dieron la habitación 103 “Lovaina” con cama extra grande pero al entrar en la habitación nos dio un poco agradable olor a cerrado que afortunadamente tras dudar si pedíamos cambio de habitación, se difuminó al abrir de par en par las ventanas. En la “inspección” del cuarto de baño observamos con desagrado que la bañera de hidromasaje tenía en el lateral un agujero por el que cabían varios dedos. Todos estos detalles nos mosquearon un poco pero finalmente nuestra buena voluntad y la que nos pareció comprobar con otros detalles positivos nos hizo grata la estancia. La habitación tenía una cafetera eléctrica de cápsulas con cuatro cápsulas de café y dos bolsitas de te con dos tazas por si nos apetecía un café o una infusión, además dispusimos de dos botellitas de agua mineral como obsequio. La entrada a la habitación se hacía a través de un patio muy agradable plagado de tiestos y plantas muy bien conservados. Aunque las vistas traseras no eran muy idóneas ya que daban a un tejado y a la pared de un edificio la habitación estaba pertrecha con un buen televisor y una nevera, que aunque muy antigua, daba su servicio. La cama era realmente buena, enorme por sus dimensiones y con un colchón muy confortable, aunque la colcha mas bien parecía salida de una antigua película de Berlanga. El cuarto de baño provisto de una enorme ventana nos ofrecía un buen menaje de baño con bañera con hidromasaje, buenas toallas, geles, champú y secador de pelo. Durante la noche me desvelé en algunos momentos y detecté un ruido intermitente en el patio, posiblemente debido al motor de algún aire acondicionado, que aunque no llegaba a la categoría de incómodo si podía resultar algo molesto para las personas de oído muy fino. Entre el bar restaurante y la recepción había un patio delicioso lleno de agradables mesas desde las que se podía disfrutar de la vista y del sonido del agua que brotaba desde una fuente en una de las paredes y que se deslizaba en cascada por toda ella. Nuestra reserva de 65,00 euros incluía el desayuno y este solo podemos calificarlo de excelente, con café con leche y zumo natural de naranja recién exprimido servidos en la mesa y con un surtido variado en el buffet, deliciosa tortilla de patatas recién hecha, jamon serrano, chorizo, salchichón, queso manchego, abundante pan con tostadora, tarrinas de pates de embutidos, mermeladas, mantequilla, sobaos de la tierra, churros, agua mineral y botellitas de zumos variados. Tras pagar la factura una última sonrisa de la muy agradable camarera recepcionista con un último obsequio, una pequeña latita de pimentón de Cuacos de Yuste.
Atención y comida excelentes
Jueves Santo. Procesión de turistas (me incluyo) bajando del Monasterio de Yuste a las 14 h. Hambre y cansancio generalizados. Llegamos, con reserva, y la atención fue de lo mejor que hemos encontrado por la zona. Simpáticos y tratando de servir las mesas del restaurante lo más rápido posible. Solo dos camareros para 12 mesas, 2 de ellas con de 12 personas cada una. Tiempo de espera asequible y comida muy buena (migas, ensalada de ventresca y chuletón). Hoy hemos vuelto a pasar por allí para tomar un café y una deliciosa tarta de manzana. Nos la tenían lista después de llamarles para decirles que pasábamos por allí camino de nuestro hotel (necesita 15 m para preparación). Muy recomendable.