Hotel California

Estuve hospedada la noche del 2 de Junio. Me asignaron la habitación 113 "porque no tenían más disponibles", Primero, cobran por adelantado y NO DAN FACTURA, no hay buzón de sugerencias o con quien comunicarse. La habitación tenía un olor a humedad terrible, lo que de inmediato desencadenó mi rinitis; todo en la habitación se sentía húmedo. traté de quejarme por teléfono, pero en la noche no hay quien atienda. Pasé la noche sentada en una silla y no me quisieron recibir ningún tipo de queja.

Bueno, tengo que decir que el viaje al Hotel California de la población de Pacho es muy agradable, viajé con mi familia, en carro. Por la autopista norte llegamos a la población de Chia, y luego pasamos por la variante de Cajica hacia Zipaquira, en Zipaquira se busca la salida a la población de Pacho, yo personalmente pregunté por donde era la salida porque en Zipaquira no esta señalizado. El trayecto es realmente muy corto en cuanto a distancia, pero la carretera es muy inclinada y tiene muchas curvas lo que hace que no se deba manejar a grandes velocidades y da la sensación que es más lejano de lo que realmente es, además hay algunos trayectos de la vía que estaban un poco mal, pero nada grave o que no pudiese manejarse si se hacia con cuidado. La llegada a Pacho es fácil de orientarse y pasando el centro de esta Población solo hay que tomar una curva y ya esta en camino al hotel, es realmente muy cerca del centro, otra vía inclinada, son aproximadamente 7 minutos en carro. con algo de atención se ve fácilmente el Hotel, con una reja blanca a la entrada, el personal es muy amable, te abren la puerta para que parquees el carro, en mi caso, habia mucha lluvia cuando hice el viaje y me gustó mucho que a pesar de ser un hotel campestre, tuvieron la delicadeza de recibirnos con sombrilla para no mojarnos. Pasas un puente de piedra a la entrada del hotel, por el cual va un río y todo el tiempo en la estadía escuchas el ruido del agua golpear las piedras suavemente, personalmente este detalle me encantó pues se siente un aire de relajación y tranquilidad único. En el hotel hay aproximadamente veinte o treinta habitaciones y esta rodeado de naturaleza y hay un cafetal hermoso. Las instalaciones del hotel son típicas de una construcción decorada al estilo de los años ochenta que se quedó enfrascada en el tiempo, de pronto hay algunos detalles en la construcción que están descuidados, pero son cosas mínimas y no afectan la estadía. De destacar: la amabilidad del personal y su cordialidad y respeto para con el huésped, ademas el aseo de las habitaciones me pareció impecable, muy cuidadosos en el detalle, los paisajes y el cuidado de la finca en la cual se encuentra localizado es muy bonito y bien cultivada. La comida del restaurante y el desayuno incluido me gustaron mucho y las mesas estan muy bien puestas. No me gustó: la habitación era grande y solo había dos lamparas de mesa para iluminarla, tipo años 80's, esto le da un detalle de sobriedad al asunto pero a la vez queda medio oscura la habitación, el baño tenia el espejo algo deteriorado por el paso del tiempo, insisto, muy bien aseado, algunos interruptores de la luz se atascaban pero era mínimo, la piscina tenia la rejilla algo oxidada por el paso del tiempo pero tampoco era algo significativo y las sillas del comedor estaban también algo oxidadas, insisto, nada significativo ni que afecte gravemente la estadía, simples detalles a mejorar. En resumen, es un clima templado, ojo, hay que llevar algo de vestir que abrigue por si llueve, pues alcanza a hacer frío, el hotel esta estancado en el tiempo y le falta algo de mantenimiento, pero si el objetivo es una estancia a un precio cómodo y muy cerca a Bogotá en la cual pueda disfrutar del silencio y del ambiente propio de la naturaleza con un toque de calor, este es el lugar, es muy tranquilo y acogedor, ademas la atención del personal del hotel es algo sumamente especial. Lo recomiendo y a ojo cerrado volvería muchas veces.

Un Hotel viejo pero no descuidado, para mi el mejor de Pacho al ingresar a las habitaciones tipo cabaña es como volver a los noventas, pero lo mejor es salir y encontrar el sonido relajarte de la naturaleza, sembrados de Café y arboles de mandarina y limón lo rodean, adicional en sonido relajarte de la quebrada que lo atraviesa, Buena opción si lo que se quiere es descansar.

Al llegar nos venden la habitación mas mala diciendo que es la única disponible. estaba junto a la cocina y se escuchaba absolutamente todo, la cama se movía como una hamaca. al negarnos nos ofrecieron otra opción, estaba un poco mejor pero todo es absolutamente viejo y oloroso, lo peor de la experiencia fueron las cucarachas en la habitación y la mala presentación del mesero. Jamás volveré y no lo recomendaría nunca. Pues aparte de todo es muy costoso para la baja categoría q tiene.

El sitio es muy bonito, lleno de naturaleza, frutales y cafetales. Pasa una quebrada por el hotel y el murmullo del agua lo acompaña a uno a toda hora. El hotel está un poco desvencijado sin estar descuidado o sucio, buenas duchas, bonitas habitaciones pero merecen modernizar por lo menos los televisores. El desayuno es rico.